jueves, 12 de julio de 2007

objeto material y la formal de la moral

Objeto material y formal de la Moral
Aclaración de términos:
El objeto material de una Ciencia es el fenómeno que dicha Ciencia estudia. El objeto formal es el enfoque específico, desde el cual el fenómeno es estudiado. Por ejemplo: el hombre es el objeto material tanto de la Anatomía como de la Fisiología. Pero el objeto formal de la Anatomía es la estructura del organismo humano, mientras que el objeto formal de la Fisiología es el funcionamiento del organismo
humano.
Aclarados los términos, procedamos a señalar el objeto material y el objeto formal de la Moral.
El objeto material de la Moral son las costumbres y conducta humana.
El objeto formal de la Moral es el conjunto de leyes que deben informar y orientar la actividad
humana.
Definición de la Moral
Para una definición adecuada de la moral hay que tener presente los objetos constitutivos de la moral. Ellos son: su carácter psicológico y su carácter práctico. Tomando en cuenta ambos elementos podemos definir la Moral como la "Ciencia de las leyes ideales y de la actividad libre del hombreLa Moral es normativa, porque establece las normas que determinan lo que es el bien y lo que es el mal. En otras palabras, la Moral establece lo que se debe y lo que no se debe hacer. Lo que se permite y lo que se prohíbe.
La Moral formula principios generales. Según estos principios clasifica y juzga todos los hechos particulares que son propios de su campo.
El fundamento de la Moral es la razón.
Indudablemente, los diferentes sistemas morales podrán establecer distintos principios, como su
fundamento. Pero, en el fondo de todos ellos se encuentra la razón que busca configurar y legitimar el respectivo sistema.

1 comentario:

Enrique de la Cruz dijo...

"Salvada el alma todo está a salvo, perdida el alma todo está perdido y perdido para siempre”.
San Antonio M. Claret

Muy pocos se salvan, la mayoría de católicos se condenan, descubra porqué:
https://www.youtube.com/watch?v=dMiCmkROAUA
¿Te salvarás tú?

Visión del archidiácono de Lyon, que murió el mismo día que San Bernardo de Claraval (1153): “Sabed, monseñor, que en la hora de mi muerte, murieron también treinta tres mil personas. De este número, Bernardo y yo fuimos al cielo sin demora, tres se fueron al purgatorio, y el resto cayeron al infierno” (Dicho a San Vicente Ferrer).

http://elpequeonumerodelosquesesalvan.blogspot.com/
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